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Hacía ya bastante tiempo que tenía ganas de probar a hacer algo con la pasta de sal con mi pequeña Mar, de 3 años… hace ya años hice mi primer experimento con esta pasta con mis sobrinos (Mar ni siquiera había nacido), y recordaba que habíamos pasado una tarde muy divertida amasando pasta, haciendo figuras y pintando… Así que cuando Raquel nos propuso que la colaboración craft de este mes fuesen adornos de Navidad escribí rápido a través de whatsapp a María: “¡¡Hagamos adornos con pasta de sal!!”. Así que nos pusimos a ello, ¿queréis saber cómo lo hicimos?
Materiales:
- Sal
- Agua
- Harina
- Pintura
- Cola de ratón o cuerda
- Cortadores de galletas o un cuchillo para dar forma
- Washi
Receta para elaborar la pasta de sal
- 1 vaso de sal
- 2 vasos de harina
- 1 vaso de agua
1. Calentar un poco el agua y diluir la sal.
2. Añadir la harina poco a poco e ir integrando.
3. Amasar hasta que la pasta adquiera la consistencia de plastilina.
Elaborada la pasta de sal, ya podemos amasarla a nuestro antojo, como si fuera plastilina. En nuestro caso, hicimos una bola grande y la estiramos con un rodillo. Luego utilizamos para cortar la masa distintos cortadores de galletas que teníamos, en particular un cortador cervatillo que me encanta y otro cortador casita (en Bebestilo tenemos cierta obsesión con las casitas), ambos procedentes de mi última comprita en la increíble tienda de María Lunarillos, ¡me lo compraría todo!.
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También hicimos bolas pequeñas y aplastamos para hacer adornos circulares, y el adorno con forma de arbolito de Navidad, como no tenía cortador apropiado, lo hicimos poco a poco, dándole forma con un cuchillo.
Luego con un palito de brocheta fuimos haciendo puntitos en algunos y escribimos frases en otros, e hicimos agujeritos arriba para luego poder pasar la cuerda o la cola de ratón, según el caso. Hechos los adornos, toca meterlos en el horno a temperatura muy baja, como 60º ó 70º, durante 1 hora al menos, hasta que las piezas estén bien secas.
Una vez secas las piezas, tocaba la parte preferida de Mar… ¡pintar!! así que otro día tocó pintar las piezas, en este caso rojo y blanco, e incluso algunas las dejamos sin pintar, porque la verdad es que el efecto natural de la pasta de sal quedaba bastante bien.
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Íbamos a colgarlas del árbol de Navidad que tenemos en el salón, pero finalmente decidimos hacer nuestro propio árbol con washi tape en un cartón pluma que teníamos por casa y el resultado lo podéis ver en las imágenes… ¡y estamos encantados con tener no uno, sino ¡dos! árboles de Navidad en el salón!
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